jueves, 20 de noviembre de 2014

Enseñar a estudiar


El aprendizaje de un buen método de estudio es fundamental  a la hora de sacar el máximo rendimiento del tiempo invertido.

A veces, pedimos a nuestros hijos que estén horas y horas frente a su tarea, cuando en realidad no están aprovechando la mitad del tiempo, o bien por falta de concentración, o por una mala planificación u organización del material. Por ello, el aprendizaje ya desde pequeños de un buen método de aprendizaje nos ahorrará muchos problemas en fases más avanzadas de su educación.

Existen métodos generales, las llamadas técnicas de estudio  tan en auge últimamente, pero debemos de contar con que cada uno tenemos nuestras tácticas que nos ayudan a estudiar y que hay a algunas personas que les sirven y a otras no, por lo tanto debemos adaptarnos a cada niño/adolescente. Por ejemplo, hay personas que son más visuales y por ello se servirán mucho de esquemas dibujos.., otras, prefieren la utilización de reglas nemotécnicas a la hora de memorizar, otros mapas conceptuales, esquemas, resúmenes…hay diversas opciones.

La organización es uno de los elementos clave a la hora de empezar a estudiar o preparar un examen. Hay que ver cuáles son las necesidades de estudio, en qué campos se tienen más problemas y cuáles son las prioridades inmediatas (exámenes semanales, deberes, trabajos…) y a partir de ahí confeccionar un horario de trabajo; si, trabajo, es bueno acostumbrar a nuestros hijos a un horario y unas rutinas con respecto al estudio para que vayan creando unos hábitos que les ayudarán a ser disciplinados y constantes.

A nivel muy general, hay que tener en cuenta los siguientes factores:

-Lugar de estudio: Que siempre sea el mismo, en silencio y sin distracciones (sin televisión, música ni ruidos)

-Tiempo: Este es un tema más controvertido. Como referencia suele decirse que un niño debe estudiar  diez minutos por curso y día (ir aumentando diez conforme avance de curso)es decir, si está en primero de primaria estudiaría diez minutos al día, si está en cuarto cuarenta, si está en tercero de la E.S.O noventa..etc. Esta se consideraría una pauta de mínimos y sería insuficiente cuando tienen dificultad en alguna materia o les falta concentración.
Tampoco podemos exigirle a nuestro hijo que estudie durante dos horas si siempre ha estudiado solo una o media, el cambio se debería de realizar de forma paulatina, aumentando poco a poco los minutos.

-Descansos: Los niños deben hacer descansos cada hora, no deben ser muy largos, pero es bueno que tengan pequeños periodos de unos quince minutos de desconexión, en los que puedan descansar.

-Organización del material: La mayor concentración la solemos alcanzar, al cabo de media hora de ponernos a estudiar, por ello es recomendable, el empezar con las tareas que consideremos de dificultad intermedia, después las más difíciles (coincidiendo con este periodo de máxima concentración) y por último con las más sencillas.

Estos consejos vienen a transmitir la importancia de la adquisición de un buen método a la hora de sentarnos en la mesa a estudiar, herramientas que una vez aprendidas nos serán muy útiles .

En Martínez Bardají Psicología, no sólo llevamos a cabo talleres con niños de diferentes edades para conseguir que aprovechen al máximo su potencial, sino que trabajamos en el refuerzo educativo de forma individual obteniendo resultados muy satisfactorios. Estaremos encantadas de ayudaros.

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